Publicado: Viernes, 24 Julio 2015

Testimonio de verano II

San Rafael, un voluntariado diferente:

No es fácil tratar con discapacitados mentales y menos si nunca lo has hecho. La primera palabra que expresamos al entrar al centro fue “respeto”. No queríamos decir que teníamos miedo por lo que nos podíamos encontrar, pero la realidad es que estábamos asustadísimos.

El primer día trascurrió en calma pero la cosa cambió conforme pasó el tiempo. Recorrimos los diferentes hogares encontrándonos con todo tipo de discapacidades. Poco a poco empezamos a coger cariño a todos ellos hasta el punto que pedimos pasar más tiempo y darles de comer.

No costó ningún esfuerzo poder ver a Dios en el voluntariado. En cada sonrisa de ellos, en cada abrazo, en cada  conversación... por eso decimos que es un voluntariado diferente porque se puede decir que recibimos más de lo que dimos.

Día tras día dábamos gracias a Dios por la posibilidad que nos dio de poder realizar este voluntariado aún sin haberlo pedido, de haber podido conocer a gente tan maravillosa como las que hemos conocido, por la acogida de todo el centro y sobre todo de los trabajadores que nos ayudaron en todo lo que necesitamos. Pero sobre todo damos gracias a Dios de haber perdido el “miedo” y de haber conocido la realidad que hay en el mundo, no para comprenderla y olvidarla si no para cuidarla y acogerla porque aunque muchos no lo entiendan, los discapacitados mentales nos dan lecciones diarias.

Solo agradecer esta increíble experiencia, y aconsejársela a todo el mundo. Centro San Rafael de Alicante. Como ellos dicen “Soñando juntos”.  

Pilar Martínez Romero, Wences Civeira Marin, Carmen Campos Morente, Tomas Achaval Lorente, Pablo Gómez Mugarza.

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