
Sal Terrae: La comida
La comida se halla omnipresente en nuestras vidas y en los medios de comunicación. Continuamente se pueden leer en los periódicos artículos sobre comida y salud, comida y belleza, comida y ecología y en algunas televisiones se pueden ver programas dedicados a la buena cocina. Han ido decayendo las noticias que tienen que ver con la carestía de alimentos o las hambrunas y, en su lugar, se llenan espacios sobre los riesgos de una mala alimentación para la salud, los desórdenes alimentarios y el riesgo de vivir en sociedades obesas.
En la Sagrada Escritura abundan también las menciones a la comida: desde vender la primogenitura por un plato de lentejas (Gn 25), a las imágenes proféticas que presentan el Reino venidero como un festín de manjares suculentos y vinos de solera (Is 25). La misma Escritura nos advierte de la “ambivalencia moral” de la comida; ya que la comida – el banquete, signo del Reino – se puede tornar un anti-signo en determinadas circunstancias: cuando se convierte en obsesión - “no andéis preocupados por qué vais a comer…” (Mt 6,25); cuando no atiende al bien del prójimo como las comidas que escandalizan a los débiles (1Cor 8,1-11,1) o cuando la comida no es solidaria con los más necesitados (1 Cor 11,17-34).
Este número de la revista SAL TERRAE ve la luz en diciembre, cuando con motivo de la Navidad, vamos a celebrar muchas comidas festivas y familiares. Ojalá pueda ayudar a vivir estas comidas dándoles un sentido profundo y sacramental.
Jon Ona Sáenz nos presenta la comensalidad enseñada y practicada por Jesús que anuncia y realiza el Reino de Dios, una realidad abierta a todos, especialmente a los pobres y a los pecadores. El ejemplo de Jesús ha de continuar inspirando el compromiso cristiano por la transformación social.
El Grupo MARÍA (Madres de la Red Ignaciana) nos habla de las comidas familiares, especialmente durante las fiestas de Navidad, un tiempo de celebración por excelencia; En el artículo se proponen algunas claves para compartir con quienes queremos sin perder el sentido de lo que celebramos.
Al hablar de nuestras comidas no podemos olvidarnos del hambre que sufren 800 millones de seres humanos. José Ignacio García Jiménez, S.J. analiza el problema del hambre, directamente vinculado con la falta de rentas, que en la actualidad también hay que ponerla en relación con la sostenibilidad social y medioambiental.
Finalmente, como secuela de las reglas para ordenarse en el comer del libro de los Ejercicios de S. Ignacio de Loyola, José María Rodríguez Olaizola, S.J. reflexiona sobre algunas actitudes nuestras hacia la comida: la voracidad y el consumo desmesurado, el sibaritismo o la intrascendencia, que encuentran alternativa en la capacidad de ordenar el deseo, valorar cada alimento desde la gratitud, o poder vivir la comensalidad también como una experiencia religiosa.