Publicado: Viernes, 01 Octubre 2021

Estudios eclesiásticos. Vol. 96 Núm. 378 (2021): julio-septiembre

Vivimos en una época marcada por el saludo entusiasta al pluralismo. En el ámbito religioso en los países occidentales la tendencia en auge se caracteriza por los términos: bricolage religioso, hibridación de creencias y prácticas, y sincretismo entre religiones. En este contexto, ¿quedará algo reconocible como propiamente cristiano?  Nuestro dosier consta de cuatro artículos, más bien breves, en los que esta cuestión, antigua y permanente, se afronta desde diversos flancos: la filosofía, los orígenes del cristianismo, la reflexión sistemática y la perspectiva pastoral.

Miguel García-Baró afronta la pregunta por la esencia del cristianismo desde la filosofía. Dialoga con la fenomenología contemporánea, particularmente con Levinas y Henry, pero también con el conjunto de la tradición occidental, con Platón a la cabeza.

Santiago Guijarro aborda lo diferencial cristiano desde los estudios más recientes sobre los orígenes del cristianismo, centrándose en las dos primeras generaciones. Encuentra lo diferencial cristiano, frente al judaísmo, en la innovación que implica la fe cristiana en la imagen judía de Dios, en cuanto que Jesucristo, confesado como Señor e Hijo, altera dicha imagen. Una novedad que se encuentra ya en el nacimiento pascual de la fe cristiana y que conducirá, con el tiempo, hacia la fe trinitaria.

José Carlos Caamaño afronta el tema desde una perspectiva sistemática. Integra en su reflexión la presencia determinante del pobre, la imagen de Dios y, ante todo, la relacionalidad constitutiva. La relacionalidad es constitutiva del ser del Dios trinitario, pero también de las personas humanas, creadas a su imagen.

Finalmente, Bruno Forte, que ya publicó una obra bien conocida sobre el tema, hace una valoración de los tres intentos anteriores más significativos sobre la esencia del cristianismo: Feuerbach (1841), Harnack (1900) y Guardini (1938), mostrando sus aportaciones y sus carencias. En su propuesta prima el aspecto trinitario. La comunión trinitaria es el ámbito del amor verdadero, puro y santo, que integra perfectamente la alteridad y la comunión.

Puedes leer todos los artículos de Estudios Eclesiásticos en abierto en la web de la revista 

 

ver +