Publicado: Lunes, 09 Mayo 2022

Sal Terrae: La tiranía del mérito

En este número la revista SAL TERRAE quiere reflexionar sobre la ambigüedad del mérito. ¡Qué duda cabe de que los esfuerzos y los méritos son importantes para que la sociedad se desarrolle y mejore! En letras y en ciencias se estudian personajes que han sido meritorios a lo largo de la historia y gracias a los cuales han avanzado los conocimientos y las técnicas con los que se ha mejorado la sociedad. Sin embargo, una excesiva valoración de los méritos puede contribuir a lo que el papa Francisco llama “la cultura del descarte”. Se puede descartar a los que no tienen méritos suficientes, a los que ya no son capaces de contribuir con sus aportaciones a la mejora de la sociedad y, por tanto, la valoración unilateral de los méritos puede contribuir a hacer una sociedad más insolidaria.

Estela Aldave Medrano aborda el tema desde una perspectiva bíblica. Son numerosos los textos evangélicos en los que Jesús pide a sus discípulos que vivan de acuerdo con unos principios éticos exigentes. En muchos de ellos también se habla de recompensa. Seguir a Jesús no es fácil, implica renuncias, pero ninguno de sus seguidores quedará sin premio. Sin embargo, otros textos presentan la imagen de un Dios sorprendente y generoso, que excede los límites de lo que entendemos por mérito o recompensa: la parábola del dueño de la viña, los dichos de Jesús sobre los niños y los pequeños y sus gestos hacia ellos, y el episodio en el que Jesús descubre a una viuda pobre dando limosna en el Templo.

Pilar Pena Búa ofrece una teología cristiana del mérito. El valor de las buenas obras ante Dios es un elemento característico de la doctrina católica sobre la gracia, pero no siempre bien comprendido. En él se reconoce la necesidad de la libertad humana en la relación con Dios, pero se rechaza, al mismo tiempo, cualquier conquista o derecho por parte del hombre, porque es la gratuidad del don de Dios quien lo salva.

José María Larrú presenta las debilidades morales de una meritocracia en la que el individuo solo se juzga por los logros que cree conseguidos por sí mismo, olvidando la contribución que la sociedad ha tenido en ellos. Sobre las aportaciones de la economía y el lenguaje para mostrar la diferencia entre mérito y valor se describe una espiritualidad del bien común, basada en el acompañamiento, la corresponsabilidad y una imagen de Dios-Amor que crea, cría, cuida y cura a cada uno.

Finalmente, Benigno Álvarez Lago, S.J. reflexiona sobre las razones o los motivos que pueden llevar a una persona a hacer el camino de Santiago. La peregrinación es una oportunidad para hacer un camino exterior e interior. La meta es clara, llegar a la tumba del apóstol Santiago. Los motivos para ponerse en camino pueden ser muy variados, y al empezar la peregrinación hacerse la pregunta ¿por qué camino hacia Santiago? puede ayudar a dar un sentido al caminar. Las motivaciones, que pueden ser muy variadas, se complementan y enriquecen la experiencia de unirse a una tradición milenaria.

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