
Sal Terrae: Las condiciones laborales
El derecho al trabajo y al establecimiento de relaciones laborales justas está recogido y refrendado tanto por la Declaración Universal de los Derechos Humanos como por nuestra Constitución. Este número de la revista SAL TERRAE no trata de abordar las relaciones laborales desde un punto de vista económico o atendiendo a la legislación laboral, sino desde un punto de vista humano.
Asistimos, en el siglo XXI, a una serie de cambios paulatinos en lo referente al mundo del trabajo. Éste, en muchos casos, no se vive primordialmente como deber y obligación, como un fin esencial de la existencia o como un servicio a la sociedad. Para muchos, el trabajo en la actualidad es más un medio y un instrumento para sobrevivir. El deber social de trabajar ya no parece constituir una motivación central. No faltan quienes opinan que sólo a unos pocos [privilegiados] les mueve la nueva legitimación basada en la fuerza misma de la empresa, en la competitividad, en la ambición de conquistar cuotas de mercado y en la consiguiente generación de beneficios.
Para tratar este tema, el número de junio de nuestra revista propone los siguientes artículos:
En el primero de los artículos, Jose Manuel Aparicio afirma que cada sociedad ofrece un marco interpretativo de los pilares existenciales: vida, individuo, comunidad, poder… y, también del trabajo. Existe un imaginario colectivo, de carácter evolutivo, desde el que acercarse a su identidad. En la actualidad buscamos trabajos en el marco de una cultura del ocio, que habilita para el bienestar y el disfrute de la persona en una lógica presidida por el consumo. El autor afirma, siguiendo la Doctrina Social de la Iglesia, que el trabajo ha de contemplarse como bendición: posibilidad de presentación participar en la dimensión creadora de Dios, espacio de auto-realización, de contribución al bien común y puerta de acceso para los excluidos. En el artículo, el profesor Aparicio ofrece claves para iluminar el debate y el discernimiento del lector.
Javier de la Torre, en su artículo “Desigualdad y abuso de poder en el trabajo”, aborda una serie de temas clave en la actualidad del mundo laboral: los cambios del sentido del trabajo en las sociedades del bienestar, la desigualdad creciente en el trabajo, la cultura del éxito, el debilitamiento de los vínculos comunitarios, etc. El autor remarca que estos temas citados, constituyen el contexto en el que situar la elevada presencia del abuso de poder en el trabajo. Asimismo, el autor describe brevemente la definición de abuso de poder, las estrategias y los perfiles del abuso de poder para terminar con una reflexión ética.
El artículo del profesor Enrique Lluch describe cómo el paradigma economicista influye en la consideración del trabajo remunerado y hace que este no sea un elemento liberador y positivo para la persona. Las claves para que el trabajo devore la vida de muchas personas están ligadas a la concepción que tienen los trabajadores sobre la naturaleza de sus empleos, a una organización empresarial orientada en exclusividad al incremento de los beneficios y a una presión social que desprecia cualquier actividad que no tenga como finalidad el incremento de las rentas y de la producción.
La sección de estudios se cierra con la aportación de Pedro José Gómez. Partiendo de la dificultad para enunciar generalizaciones debido a la heterogeneidad del mundo del trabajo, el autor se detiene en distintas transformaciones que han incidido en el funcionamiento del mercado de trabajo en las últimas décadas. Muchas de estas transformaciones han supuesto un deterioro para las condiciones laborales de los trabajadores. El artículo no solo identifica algunas de ellas, sino que las valora desde la sensibilidad de la Doctrina Social de la Iglesia. También nos ofrece algunas pistas respecto a cómo mejorar el horizonte del trabajo en nuestra sociedad y reducir la dependencia de éste en las distintas coyunturas económicas. Termina la reflexión señalando el cambio de perspectiva propuesto por el papa Francisco para valorar cuando un trabajo es o no digno. presentación
En la serie dedicada a películas que nos hacen pensar, Bert Daelemans S.J. se sumerge en la película Belfast, dirigida por K. Branagh en 2021. Este filme, semiautobiográfico, podría interpretarse como una serie de homenajes entrelazados, intencionados a dejar resonar en los espectadores una nota de optimismo alegre, inocente y esperanzador: homenaje a su ciudad natal, a la infancia, a la humanidad luchadora, a la memoria, al amor y, sobre todo, al cine (o al arte en general que logra mantener el color cuando el entorno se ha vuelto gris). En manos de Branagh, el homenaje se transforma en celebración y la memoria en una forma de amar. Lo singular se hace universal. Así, la violencia se convierte en esperanza, la virtud más teologal de la película.