Semblanza del P. Josep M. Coll d'Alemany SJ

Entre nosotros hay compañeros que seguramente harían una memoria mucho más cercana que la mía de Josep Mª Coll i d'Alemany, de su trayectoria intelectual y de sus contribuciones al mundo de la filosofía y de la teología. Sin embargo, se me han pedido a mí unas palabras de recuerdo y de exhortación en esta homilía en la eucaristía de despedida. Las haré con gusto y afecto, evocando la relación en que puedo basar mis apreciaciones, mirando de iluminar la persona y la trayectoria de nuestro hermano Josep Mª Coll y Alemany a la luz del misterio de la vida, muerte y resurrección de Jesús.

Mis recuerdos apuntan a que sólo hemos convivido dos años de nuestras vidas en la larga etapa juntos en la Compañía de Jesús desde que el año 1953, Josep Mª entró en la Compañía en Roquetas, junto al Observatorio del Ebro. Yo entré dos años después. El primer año en que coincidimos fue en Sant Cugat, cuando él cursaba el tercer año de Filosofía y yo el primero. Era el curso 1959-60. Más tarde, solo estuvimos juntos, en el curso 1969-70 en el Colegio Belarmino de Roma, donde ambos hacíamos el bienio de tesis en teología que yo hice a gran velocidad y que, en cambio, Josep Mª cursó con mucho más reposo y profundidad, modelando el tema de la tesis en diferentes momentos, hasta inclinarse finalmente por una aportación de calidad por la perspectiva personalista, uno de los motivos que continuaron atrayendo su atención a lo largo de toda su vida académica e intelectual.

Después de estas atapas de formación, compartimos diversas tareas en el marco de la Facultad de Teología de Barcelona, primero, y más tarde en la estructuración de la Facultad de Teología de Catalunya que tuvo lugar a lo largo de los cursos 1984-85 y 1985-86. Allí estuvimos juntos representando a la Sección St. Francesc de Borja en la comisión que elaboró el plan de estudios de la nueva facultad de Teología que comenzó su andadura el curso 1984-85. Recuerdo reuniones importantes de este nuevo plan de estudios tratando temas de una cierta profundidad e importancia con los representantes de la Sección St. Pacià (Jose Mª Rovira Belloso y Josep Mª Via Taltavull).

Más tarde coincidimos también en la elaboración del programa de licencia especializada en Teología Fundamental en el Instituto de Teología Fundamental que la Santa Sede encomendó aquellos años a la Provincia Tarraconense de la Compañía. La Teología fundamental como gozne entre la reflexión filosófica y teológica fue uno de los intereses centrales de su dedicación y su docencia en Filosofía y Teología. Ya en la etapa de su bienio romano había colaborado en algunas reuniones de los encuentros navideños de profesores de Teología de Catalunya presentando ponencias sobre esta temática. Vale la pena recordar, finalmente, su etapa como primer Decano de la nueva Facultad de Filosofía de Catalunya desde la que accedió a primer presidente del equipo Rector de la Universidad Ramon Lllull. Allí mostró un talante que había caracterizado de forma eximia la actividad política de su padre, Miquel Coll i Alentorn, presidente del Parlamento de Catalunya en la renovada Generalitat que llegó con la democracia.

Hasta aquí, en escorzo, unos leves trazos de su trayectoria que no pretenden en manera alguna haber cubierto los puntos más destacados de su vida, pero que constituyen la base de mi evocación de la persona de Josep Mª.

Fragmento de la homilía de Oriol Tuñí SJ en el funeral del P. Josep M. Coll SJ

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