Semblanza del P. Carlos M. Tomàs Bravo SJ

Escribir una "Semblanza" del P. Carlos Tomás no resulta una tarea fácil al tratarse de una persona plurifacética, humanamente y espiritualmente muy rica y sensible que se entrega totalmente a la llamada de Jesús el 26 de Septiembre de 1954.

Para conocer a Carlos hay que tener en cuenta las circunstancias de su niñez y juventud. Nace en Reus (Tarragona) el año 1926 en el seno de una familia de clase media profundamente católica practicante y en un ambiente de tensión política que conduce al rey Alfonso XIII al abandono del país en 1930, cuando Carlos contaba menos de 4 años. Recuerdo el relato del enterramiento de su padre inocente asesinado sin causa durante la llamada Guerra Civil Española, al que asistió a los 10 años acompañando a su madre. Durante el mismo se le humedecían los ojos, pero no permitió que se asomase ni una lágrima, siguiendo el ejemplo de su madre a quien adoraba.

A partir de aquí existe un vacío en la información sobre la vida de Carlos, reacio a revivir una etapa triste en sí que no congeniaba con su carácter alegre y divertido quien siempre prefirió sacarle chispa a las situaciones poco agradables. Lo cierto es que acabado el Bachillerato de aquella época, en la que todavía se estudiaba el latín como asignatura obligatoria, sacó con nota la carrera de Abogacía. Sin duda, su espíritu de superviviente y alegre le granjeó muchos amigos entre sus compañeros. El hecho es que con 25 años le encontramos en un buen cargo en el  Ministerio de Gobernación donde hizo amigos para siempre.

El 26 de Septiembre 1954 deja sorprendidos a sus compañeros del Ministerio de Gobernación al anunciar su decisión de entrar en el Noviciado de Roquetas (Tarragona): se había enamorado profundamente de Jesús, por quién lo dejaba todo. Nos encontramos en San Cugat (1961-1963) donde yo, otra "vocación tardía", cursaba Filosofía, cuando Carlos ya se encontraba estudiando Teología (1961-1965). Durante estos años descubrí la calidad humana de Carlos: no se trataba solamente de un compañero de Jesús, Carlos era, además de compañero, un amigo fiel con quien he podido contar siempre en mí ajetreada vida. Durante las "visitas de familiares", Carlos pasó a ser un miembro más de mi familia. Para mi padre fue el consultor a quien acudía para tener una opinión confiable en cuestiones difíciles que requerían una decisión basada en los principios de una moral cristiana sólida.

Durante toda su vida, Carlos ha conservado esta característica propia de consultor discreto de quien puedes tener un consejo acertado basado en una capacidad de diagnóstico extraordinaria. Sorprende la larga lista de personas que ocupan altos cargos en ambientes político-sociales y de negocios que acudían a él como único consejero. El bien que ha hecho Carlos con su don de consejo es incalculable como reconocen los que se han beneficiado de haberle conocido.

Podría seguir con muchas otras facetas que han hecho de Carlos Tomás una persona muy especial. Quiero destacar entre ellas su intuición y capacidad creativa que le hicieron pionero en ámbitos muy distintos. ESADE sin duda alguna se benefició en gran manera de tenerle en su "roster" de profesorado. Carlos era un buen abogado, pero sobre todo demostró sus cualidades como creador, Profesor y finalmente Director del Departamento de Relaciones Públicas que gracias a él se convirtió en un Centro de Referencia de resonancia mundial, para pasar a ser Secretario General.

En otro ámbito muy distinto: "Curas Paliativas", Carlos Tomás fue el inspirador e impulsor de ideas que entusiasmaron a personalidades y entidades muy distintas (Centre d'Estudis cures pal·liatives de Catalunya; Societat Catalana-Balear de Cures Paliatives; Hospital Duran i Reynals; Sociedad Española de Cuidados Paliativos).

Carlos fue siempre una persona extraordinariamente generosa. Siempre se preocupó de los más desfavorecidos. Ya durante sus años de formación dedicó su tiempo libre en ayudar a los barrios periféricos de Barcelona más necesitados (El Torrent del Capellà; La Planada del Pintor). Con gran sentido común solía decir "yo no valgo para abrir zanjas para abastecer de agua, pero como abogado puedo abrir las compuertas". En esta faceta Carlos era insuperable. Una persona con vértigo físico a las alturas y que andaba con dificultad, no tenía vértigo cuando se trataba de defender a sus amigos de las barriadas. Era capaz de abrir la puerta de un Director General sin más aviso que decirle simplemente al Conserje: "Soy Carlos Tomás", para plantarse delante del D.G., ante la mirada atónita y voz balbuciente del Conserje " quien trataba de responder "no puede recibirle, está muy ocupado-…", para exigir, educadamente, la necesidad inmediata del barrio en cuestión.

Así ocurrió, por poner un ejemplo, en el caso del Torrent del Capellà (Sabadell), privado de electricidad desde su creación durante muchos años. El problema en cuestión eran los postes del tendido de la línea eléctrica de abastecimiento que el dueño de la parcela de terreno no autorizaba, y la Compañía Eléctrica en cuestión no accedía al tendido eléctrico subterráneo. En cuanto Carlos se enteró del problema se entrevistó con ambas partes y el tendido eléctrico se llevó a cabo con rapidez. Todos los que acompañamos a Carlos aquellos años recordaremos el entusiasmo de Carlos por organizar las Procesiones de Semana Santa a las que estaban acostumbrados en su tierra, con tambores y trompetas, cedidos por el Ejército y unos "Pasos" conseguidos con donaciones. Todo el barrio participaba!

Los 92 años de Carlos no pueden resumirse en esta "Semblanza" que no pretende en modo alguno convertirse en un panegírico, sino simplemente presentar unas pinceladas del Carlos real, polifacético, creativo, precursor, y sobre todo enamorado de Jesús.

Lluís Puigjaner Corbella, SJ
Barcelona, 19.11.2018

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