
Semblanza del P. Rafael Navarrete SJ
La niñez de Rafael Navarrete coincidió con la guerra civil, con la muerte violenta de su padre y con la vuelta de la Compañía de Jesús a la labor educativa en Málaga. El curso 1937-38, se reabrió el Colegio del Palo. Rafael entró en el colegio en el curso 38-39 y realizó al final del 39-40 el examen de ingreso, que en tiempo de paz se hacía con 10 años, antes de comenzar el Bachillerato. El jesuita P. Juan González Loriguillo, tío de Rafael, era entonces en el colegio de El Palo padre espiritual y profesor de excelente calidad.
Ya como jesuita, en sus primeros años de ministerios, se encomendaron a Rafael Navarrete responsabilidades importantes en el centro SAFA de Úbeda, donde antes había hecho su magisterio. Fue prefecto de disciplina del centro y prefecto de estudios de la Escuela de Magisterio. Poco más tarde lo destinaron como director al centro SAFA de Andújar.
Después de esos años en la enseñanza, toda su vida apostólica ha estado orientada a la labor directamente pastoral en Sevilla, salvo un periodo de seis años en que fue superior en Cádiz. Los Ejercicios Espirituales fueron siempre el trasfondo de su pastoral. Para ellos se preparó concienzudamente. Algunos de sus libros de uso personal, sobre todo de comentarios profundos a la sagrada Escritura, están cuidadosamente subrayados a lo largo de toda la obra y reflejan un atento estudio. La dirección de la Casa de Ejercicios San Pablo, en Dos Hermanas, le ofreció una plataforma en la que dedicarse intensamente a esa labor.
Rafael Navarrete mostró una gran preocupación por los problemas familiares. Durante nueve años fue director del Secretariado Diocesano de pastoral Familiar. Dedicó muchas energías a la organización del Centro de Orientación Familiar Virgen de los Reyes, del que fue gerente y presidente de la Fundación. Creó un grupo para la atención a separados y divorciados. En su ministerio aplicó conocimientos de Psicología al acompañamiento espiritual y experiencias de diversas artes de oración a la oración cristiana. De todo ello dan testimonio sus libros «El aprendizaje de la serenidad», «Aún te queda un camino: elegir tu propia vida», «El crecimiento personal: crecer como persona, crecer como creyente», «Para que tu matrimonio dure». En todo eso Rafael nunca fue un mero trasmisor de conocimientos. Su predicación recogía con viveza los problemas que sentían y vivían los oyentes. Supo estar muy cerca de la sensibilidad y los problemas de las personas. Así lo reflejan hoy quienes se sintieron acompañados por su cercanía y ayudados para encontrar sus caminos personales de oración y de orientación en la vida.
En 2017 el P. Navarrete, dado su estado de salud, pasó a la enfermería de la Compañía de Jesús en Málaga. Más de dos años después de esta ausencia de Sevilla persiste aún la actividad de algunos de los grupos apostólicos que él organizó. Continúan activos algunos de sus grupos de oración, el grupo de «Crecimiento personal» y el grupo de «Oración cristiana en diálogo con el Zen». Muchas personas que recordaban con gratitud cuánto las ayudó espiritualmente el P. Rafael Navarrete lo acompañaron cuando su salud decayó y no dejaron de visitarlo, la última vez en Salamanca el día antes de su muerte.
Guillermo Rodríguez-Izquierdo S.J.
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