Semblanza H. Domingo Ramos Peñín SJ

Esta mañana, 17 de abril de 2020, nuestra Comunidad de Salamanca tenía conocimiento de la muerte del Hno. Domingo Ramos ocurrida en las últimas horas de la noche del día anterior, la noticia que no por esperada (estaba bastante mal) no deja de entristecernos, tanto más cuanto en un tiempo relativamente corto se suceden las muertes de tantos compañeros, con el añadido en este caso, como en los otros tres anteriores, de no poder ni velarle ni celebrar el funeral, a cambio una vela permanece encendida en nuestra capilla doméstica hasta que las autoridades civiles autoricen su enterramiento en nuestro pabellón funerario del cementerio municipal.

Si repasamos sus 70 años de Compañía un servicio destaca sobre el resto: “Encargado de la Huerta”, la friolera de 35 años, de la huerta de Salamanca, hoy flamante parque de la ciudad; yo era el superior de la Casa cuando el Ayuntamiento y la Compañía firmaron el acuerdo de entrega de la huerta a la ciudad, con una condición, entre otras, que su uso sería siempre el de parque. Estaba espléndida, grande, bien cuidada, llena de árboles frutales...y con un sistema de regadío completo... resultado del trabajo de muchos, pero especialmente del Hno. Domingo Ramos. Le costó “desprenderse”, tenía hacia ella un afecto ordenado, pero ahí conocí la riqueza callada de su vida interior, aceptando ¡hasta con una media sonrisa! si eso era lo que había decidido la Compañía.

La administración de la huerta conllevaba ventilar muchas las cosas: (empleados, compras, ventas...), esto le facultó para que el resto de sus futuros destinos tuvieran precisamente esa orientación: administrador, comprador, despensero, como se puede ver en su itinerario.

Volvió a Salamanca y aún estuvo en esos servicios hasta el 2016 en el que aparecen los primeros síntomas de Alzheirmer y es trasladado a la enfermería, las facultades iban progresivamente avanzando hasta la noche del 16 que murió en la paz del Señor.

Llevo en esta casa desde Septiembre pasado, algunas veces subía a la enfermería y me hacia el encontradizo con él, ya no me conocía, pero le sacaba a relucir lo hermosa que estaba la huerta con toda clase árboles frutales... no me respondía, pero me regalaba su media sonrisa y con eso me conformaba.

Descansa en paz, Hno. Domingo Ramos, estoy seguro de que el Señor te ha recibido con estas sus palabras: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de lo mucho; entra en el gozo de tu Señor”. (Mt, 25,21)

Gracias por tanto bien que nos hiciste, y por el modo de realizarlo.

Inocencio Martín SJ
17.04.20

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