Semblanza del P. Manuel Matos Holgado SJ

Yo a Manolo le he llamado siempre Matos. En los pupitres del Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid contaba el apellido. Era un amigo, uno de esos con los que te pones de acuerdo para comer juntos en las excursiones: aunque no me resulta fácil recordar a Matos en su papel de niño. Quizá nunca lo fue del todo. Tenía algo de adulto inesperado, de razonable y prudente, que ha conservado toda la vida. Cuando hubo un profesor de francés que faltaba demasiado a clase, muchos aprovechaban encantados para armar jaleo, él se preocupaba por lo que le parecía una falta de responsabilidad profesional, y protestaba. Matos era un estudiante querido, pero con el que daba gusto meterse. Era de Zamora y eso en Madrid tenía sus ribetes de pintoresco: “Desde que en el mundo hay patos / en Zamora están los Matos”, le cantamos alguna vez. Él soportaba con garbo la crueldad adolescente. Cuando nuestra promoción celebró cincuenta años en 2002 aún concelebramos una Misa él, Ángel Palencia y yo, antes de la comida de hermandad. El año 2012, cuando los sesenta años, Palencia había fallecido en Lima, y Matos, ya en diálisis intensa, se sentaba prudentemente en el primer banco. Celebraba yo solo. En el vídeo que cada uno tuvo que enviar a los organizadores, muestra él un rostro trabajado por la enfermedad, aquella eterna bondad serena tan suya, con su manera sobria y un poco ingenua de sentir el afecto y la nostalgia inevitables al hablar de una larga vida compartida.

Seguir leyendo la semblanza en este enlace: 2020 65 Necrológica P. Manuel Matos SJ