Semblanza del P. Santiago Madrigal Terrazas
Infancia y juventud
Santiago Madrigal, Santi, como es conocido por todos sus compañeros, nació en Casalarreina (La Rioja) en 1960, cuando ese acontecimiento al que dedicaría gran parte de su producción teológica, el Concilio Vaticano II, se encontraba en su fase preparatoria.
Su familia vivía en Zarratón y estaba compuesta una vez que nacieron todos los hijos por los padres: Héctor y Marina y los seis hijos: Héctor, Ana, Santiago, Carlos, Alberto y Marina. El padre se dedicó a la agricultura siendo un agricultor destacado en la zona, tanto por su extensión de cultivos, como por la innovación y cuidado con que llevaba su labranza.
Santi se fue muy joven a estudiar a Comillas (Cantabria) donde comenzó la EGB. Allí conoció a personajes ilustres de la antigua Universidad como los PP. Riaza, Teófanes, Cartón, Bordier, José María de Alejandro, Nieto, Severiano del Páramo, Rodrigo y otros muchos, y aprendices de jesuita como J.M. Palacios Paíno, y jóvenes jesuitas como Aurelio Huemes y Primitivo de Miguel. Y en el año 72-73 se trasladó el Seminario de Comillas a Valladolid. Allí fue también Santi y vivía en unos pisos-residencia de estudiantes y cursaba estudios en el Colegio San José. Primero se alojaba en la calle Sandoval y luego en la calle los Tintes. Compartió vida con buenos amigos y jesuitas como Alfonso Ortega, Julián Barrios, Bernardino Sastre, Fernando Laiglesia, Avelino Quijano, Salvador Escribano, Ruiz Capillas, etc. Hizo un Bachillerato brillante, dado que, desde siempre, su inteligencia superior la combinó con un trabajo serio y constante. Lo que para otros se traducía en haber aprendido o aprobado algo de latín o griego para Santi era dominar el latín y el griego. Sus relaciones con compañeros y jesuitas fueron despertando en él lo que conocemos como vocación a la Compañía de Jesús (aunque ya con 11 años pidió a su padre ir a Comillas porque quería ser jesuita, influencia de sus tías Teresianas). Vivir juntos alumnos y jesuitas compartiendo la casa fue una experiencia clave para pensar en un futuro como jesuita.
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