
Semblanza del H. Amancio Arnáiz Arnáiz
Larga vida la de Amancio, larga y fecunda en el bien hacer. Había nacido en el pueblecito de Rojas, en la rica y cerealista comarca de la Bureba, al norte de Burgos. El Santuario de Santa Casilda es el corazón espiritual de aquella zona. Allí acudían anualmente en peregrinación devota y popular, muchos campesinos, familias enteras, para pedir la intercesión de la santa mora, y acudían los niños en cuanto eran capaces de caminar por su cuenta.
Algunos niños que en aquella época destacaban en la escuela y el catecismo eran encaminados al Seminario de Burgos. Y allí matricularon a Amancio al cumplir los once años. Tras aprobar, brillantemente, los seis cursos de latín y humanidades, Amancio abandonó el Seminario. Mucho sorprendió a profesores y compañeros, que renunciase al sacerdocio, pues todos veían en él hechuras para llegar a ser un buen sacerdote.
Pero los planes de Dios, y los de Amancio, no pasaban por el sacerdocio y sí por la vida religiosa. En 1946 entra como hermano en la Compañía de Jesús y hace su noviciado en Loyola a la sombra física y espiritual de San Ignacio. En aquella época los hermanos recibían poca formación académica y tras emitir los primeros votos, Amancio es destinado al vetusto monasterio de Oña, en el extremo norte de su tierra burebana.
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