Semblanza del H. José Corredor Valero

Aproximadamente por el mes de mayo del año pasado, en uno de nuestros habituales paseos después de la cena por el campus de Cantoblanco, le comenté a Pepe Corredor que dadas ya nuestras edades en cualquier momento nos podía llegar la hora de tener
que marcharnos a alguna de nuestras enfermerías. ¿Tú crees?, me dijo. Muy ajeno era Pepe en ese momento a todo lo que pronto le iba a llegar a pesar de estar ya conviviendo con un aneurisma de aorta que finalmente, dado su desarrollo y crecimiento, le llevó a pasar por el quirófano el 6 de julio. Una intervención sin duda arriesgada que además presentó complicaciones en el quirófano al producirse una isquemia que, entre otras secuelas le dejó sin movilidad en las piernas y con los tejidos del aparato digestivo muy
debilitados teniendo en cuenta que hacía no muchos años había estado sometido a tratamiento de quimioterapia y radioterapia por un tumor de colon.

Una vez recuperado de la intervención del aneurisma, que tuvo lugar en el Hospital NH de Sanchinarro, en Madrid, a finales de julio fue trasladado a la enfermería de Villagarcía de Campos con la finalidad de que, además de recuperarse totalmente de la intervención, comenzara con los ejercicios de fisioterapia que le ayudaran a ir recuperando poco a poco la movilidad en las piernas. Pero pronto comenzó a tener hemorragias que supusieron intermitentes internamientos en el Hospital Río Hortega de Valladolid hasta que finalmente se optó por intervenirle de nuevo, esta vez para extirparle parte del colon. La intervención no dio el resultado pretendido, las hemorragias siguieron produciéndose, las transfusiones de sangre no solucionaban nada y su organismo se iba debilitando poco a poco hasta que finalmente se produjo el fallecimiento la noche del pasado 23 de enero.

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