Semblanza P. José María Rodriguez-Izquierdo Gavala

Como hermano de José María, al preparar estas líneas sobre él, es obligado decir ante todo que nuestra familia estuvo siempre muy cerca de la Compañía de Jesús. A principios del siglo XX la familia de nuestro padre y la de nuestra madre, cada familia por su lado, tuvieron colaboración estrecha con el venerable padre Tarín, incansable misionero, y guardaban cartas y comunicaciones de él. Nuestro padre empezó a ser alumno de Villasís en 1906, un año después de que los jesuitas abrieran ese colegio en Sevilla, y después, en la década de 1920, fue prefecto de la Congregación de los luises, cuando se estaba estrenando la casa de la congregación en calle Trajano. Nuestros padres cada día iban a misa a la iglesia del Sagrado Corazón y compartían el sentir y el espíritu de la Compañía. Sin eso, la vida de José María no se entiende.

En la década de 1930 no había todavía antibióticos y la mortandad infantil era alta. Nuestro padre, que era pediatra, no pudo evitar el sufrimiento compartido con nuestra madre de ver morir muy pronto a sus dos primeros hijos. Cuando después de eso nació y creció José María, algo en el ambiente y en su forma de ser sugería que aquel hijo estaba destinado al Señor. Aunque sea algo muy pueril, desde muy niño José María jugaba en casa a decir misa. Eso pasó pronto, y los años de adolescencia fueron los de un buen alumno del colegio, amigo de sus amigos, buen estudiante, congregante en las congregaciones marianas, comprometido con todo, muy amante de la semana santa de Sevilla.

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