Semblanza H. Manuel de la Merced Abadía

67 años de vida, entregados al servicio en la Compañía de Jesús. Manolo, como era conocido entre nosotros, nació en Javier hace 85 años y, siendo todavía niño, su familia se traslado a Puente la Reina, de donde él decía que era cuando le preguntabas por su origen. Y es que esos primeros años de vida dejaron en él una profunda huella.

Al enviudar su madre, en su niñez vio en ella el ejemplo de sacrificio y entrega total a sus hijos, luchando para sacarlos adelante. De ella recibió esa herencia rica en valores humanos y religiosos, que luego él también iba a plasmar en su vida. Todavía de corta edad, Manolo pasó unos años en Javier como “criadillo”, al estilo del tiempo, ayudando en los múltiples trabajos de la casa junto a otros compañeros de oficio. Allí recibía, a cambio de su no poco trabajo, algunos estudios. Y allí, también, se fue gestando su vocación, hasta entrar a sus 18 años en el noviciado de Veruela (Zaragoza), el año 1957.

Al cobijo del Moncayo, que tantas veces subió en su vida, y con la importante huella de todo lo vivido con anterioridad, fue modelando esa personalidad de jesuita sencillo, humilde y servicial que todos hemos reconocido en sus mil trabajos que llegó a ocupar.

Tras dos años de formación en Loyola, volvió a Veruela, donde desempeñó tareas y oficios muy diversos como hermano coadjutor y, de allí, nuevamente fue destinado a Loyola en 1964 y más tarde a Madrid. En ambos sitios siguió desempeñando, siempre disponible, toda clase de trabajos: ministro, administrador, comprador, ayudante de cocina, etc. En 1974 fue destinado nuevamente a Loyola para hacer la Tercera Probación. 

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