Caminando por tierras del País Vasco y Cantabria

El Jueves, 26 de junio,  salieron de Loyola, Guipúzcoa, Pepe Castillo y Andrés González, para realizar la experiencia de Peregrinación, y acabaron,  el 10 de julio.

Han sido 15 días. La salida fue del País Vasco, Loyola, recorriendo entre otros lugares: Guernica, Bilbao, Portugalete, Castro Urdiales, Laredo, Güemes, Solares, Santander, Santillana del Mar, Comillas, San Vicente de la Barquera, Santo Toribio de Liébana, Santander.

Pepe Castillo nos dice que: “Me gustó mucho Portugalete, el sacerdote diocesano nos atendió en su casa, rezó con nosotros,  vivimos en la antigua Casa de la Compañía, y visitamos el Parque Ignacio Ellacuría, algo que nos sorprendió y emocionó”.

En Güemes, pueblo de Cantabria, “nos gustó sobre todo el silencio ambiente. Nos ayudó a poder rezar, ya que tiene una preciosa ermita”.

 Entre las anécdotas vividas, decir que en Guernica una señora nos ofreció su casa, y Santillana del Mar, nos acogieron en el Hotel Altamira.       

Pepe Castillo, narra el sentido de la experiencia : “Ha sido un lanzarme al vacío de Dios, y en ese lanzarse uno se da cuenta que es necesario pedirle al Señor que me dé más fe y confianza, porque nos hemos encontrado a gente muy buena”.

Andrés González, manifiesta que: “Para mí ha sido un pequeño acercamiento a la pobreza. Que me ha hecho descubrirme muy en las manos de Dios. Contacto con la fragilidad humana, debido a las rozaduras, heridas,  que tuve en los pies. Aprendes, poco a poco, a compartir la situación vivida. Y he sentido la providencia de Dios que me hace llegar al lugar señalado”. 

También añadir que para Pepe Castillo, ante la situación vivida por Andrés, manifiesta: “Aprendes a ir al ritmo de los demás. A saber pararte, a esperar al otro. Ir al paso del otro”.

En la ciudad de Santander, vivieron una jornada a la ida para Potes y luego,  a la vuelta, en la Comunidad de Jesuitas. Fueron  momentos de intercambio, y pudieron visitar y disfrutar del Valle de Soba, del Río Asón, del Río Gándara, guiados por Fernando Castellá.

Concluir, pensando que la vida es un peregrinar, un caminar, y nos viene a la memoria  las frases de Antonio Machado:

“Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar”.