Adiós a la comunidad de jesuitas de Villafranca
En julio de 2021 terminará la presencia de la comunidad de la Compañía de Jesús en Villafranca de los Barros (Badajoz), aunque la Compañía seguirá presente en el colegio San José a través de la Fundación Loyola ACE, junto con todos los profesores y personal del centro, por lo que éste continuará con su funcionamiento normal.
El lunes 9 de noviembre, por la tarde, el Provincial, Antonio España SJ, visitó la comunidad y el colegio para comunicar a los jesuitas y al consejo de dirección esta noticia.
No es difícil imaginar la impresión que causó, especialmente en un año tan difícil, en el que el Covid-19 nos está creando tantos problemas, también en los colegios. Por eso, la oración de unos por otros y el apoyo de todos, son más imprescindibles que nunca.
La decisión, que fue comunicada al Sr. arzobispo de Mérida-Badajoz esta misma mañana, se enmarca en el proceso de reestructuración de presencias que la Compañía de Jesús inició en 2014 con la integración de sus cinco provincias en una: la Provincia de España.
La presencia de los jesuitas en Villafranca se remonta al año 1893, en que se fundó el colegio. Son casi 130 años de esta comunidad en un colegio en el que ha prestado un servicio inestimable, dando ejemplo de dedicación y entrega.
Situado en la localidad de Villafranca de los Barros, en la provincia de Badajoz, el colegio San José ha sido fundamental para muchas generaciones de Extremadura y del norte de Andalucía, cuando no había apenas centros en la zona que pudieran proporcionar educación secundaria y profundos valores cristianos. Y ha seguido siéndolo, hasta nuestros días, gracias a su residencia de estudiantes, masculina y femenina y a haber sabido mantener y mejorar su nivel académico y su formación integral cristiana a lo largo de todo este tiempo.
Hasta tal punto ha sido significativo el colegio San José, que la comunidad autónoma de Extremadura le otorgó su máxima distinción, la medalla de Extremadura, con motivo de cumplir los 125 años desde su fundación.
Sus características han hecho que sus alumnos desarrollen una profunda vinculación con el colegio y se reconozcan en ella, allá donde se encuentren. Por eso, la Asociación de Antiguos Alumnos de Villafranca tiene una enorme carga emotiva y una gran repercusión social.
Los jesuitas también han estado desde el principio muy presentes en la vida espiritual y pastoral del pueblo de Villafranca. La colaboración con el clero local siempre ha sido muy estrecha y cercana. Además, han atendido la capellanía de dos Comunidades de religiosas, HH. de la Cruz y Carmelitas de la Caridad, con la celebración de la Eucaristía diaria y, en algunos casos, dirección espiritual. La visita a enfermos para llevarles la comunión también ha sido una tarea que han realizado siempre los jesuitas.
Desde muy pronto, la creación de la Escuela diurna, llamada “Las Escuelitas”, para la formación de niños, y la nocturna para aprendizaje de carpintería, mecánica y electricidad para mayores, fue una gran aportación a la juventud de Villafranca. Las “Escuelitas” dejaron de existir en los años 60 y los locales se utilizan ahora para aulas de Educación Primaria del Colegio.
En estos 127 años han surgido numerosas vocaciones a la Compañía, tanto de alumnos del Colegio, como de naturales de Villafranca.
Por todo esto, la ausencia de la comunidad de jesuitas se va a sentir mucho, pero también nos lleva a dar gracias por tantos compañeros que durante tantas décadas han vivido y ofrecido este gran servicio desde ella.
Y a dar gracias, también, por quienes trabajan en el colegio y que sabrán seguir llevándolo adelante, en fidelidad creativa a la misión, continuando “una tradición viva en el siglo XXI”.