Publicado: Miércoles, 17 Marzo 2021

La comunidad de Palau se convierte en comunidad de hospitalidad

Al inicio del curso 2020-2021 la comunidad del Palau, en el centro de Barcelona, se renovó y recibió el encargo de abrirse a la hospitalidad y ayudar a dinamizar una Comunidad Apostólica amplia con todas las personas que participan en la casa. El edificio del Palau incluye la comunidad de Jesuitas, la Fundación Migra Studium y la Iglesia Nuestra Señora de la Victoria.

Desde inicios de febrero, Aboubakar Sidiki Kake comparte vida y espacios con los 5 jesuitas de la comunidad. Aboubakar es de Guinea Conakry, llegó a Barcelona hace tres años y habla muy bien tanto el castellano como el catalán. En estos momentos busca trabajo para poder ser plenamente autónomo. Su testimonio está recogido en este artículo que publicó recientemente en la revista de ACO.

Las comunidades de hospitalidad surgieron hace unos años en diferentes puntos de la provincia con el deseo de compartir como religiosos nuestra vida cotidiana con personas de origen inmigrante que tienen dificultades para garantizar su derecho a una vivienda digna. En Cataluña, la comunidad de Bellvitge ya lleva cuatro cursos acogiendo personas de origen inmigrante, de la mano del proyecto de hospitalidad de Migra Studium (www.hospitalaris.org). Su experiencia nos ha sido de mucha ayuda e inspiración para hacer este paso.

Abrir las puertas de nuestra casa y poder convivir con personas de origen inmigrante nos ayuda a concretar la Preferencia Apostólica Universal tercera de la Compañía de Jesús (la de caminar con los vulnerabilizados). Al mismo tiempo, deseamos que esta experiencia sea ocasión para renovar nuestra vida espiritual como seguidores de Jesús, que siempre acogía a todos. Las comunidades de hospitalidad son también una manera concreta de ir ensayando nuevos modelos comunitarios, para que nuestra vida religiosa se renueve y pueda ser significativa hoy.

Por otra parte, la gestación de la Comunidad Apostólica Palau va tomando ritmo. Un grupo que reúne unas treinta personas, llamado Fe y Migra, ya hace un año que nos encontramos mensualmente para orar. Son espacios de profundidad y compartir, con el objetivo de alimentar una fe que obra la justicia.

En medio de esta Europa en la que muchos inmigrantes se encuentran excluidos y con actitudes hostiles, el grupo de Fe y Migra quiere poner rostro humano y cultivar el deseo de encuentro y celebrar la diversidad. Ahora mismo este grupo está en el momento de ir concretando más pasos para que el ritmo de encuentros y oraciones pueda ser más regular y así ir favoreciendo la consolidación de un núcleo comunitario sólido que ayude a articular más estrechamente la comunidad de vida, la obra social y la iglesia, las tres realidades presentes en el Palau.

Pau Vidal sj

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