Publicado: Martes, 13 Abril 2021

Carta sobre la cultura vocacional

El Padre General, Arturo Sosa, ha dirigido una carta a todos los jesuitas donde habla de la promoción de vocaciones a la Compañía de Jesús. El general señala dicha promoción de vocaciones a la Compañía como parte esencial del modo de proceder de los jesuitas, en el cuidado del cuerpo apostólico. La convicción es que Dios sigue llamando, y en nuestra mano está ayudar a que esa llamada encuentre caminos. Las vocaciones sacerdotales y de hermanos, la cultura de la promoción y el discernimiento, la creación de equipos y planes de promoción, son cuestiones que va tratando el padre Sosa en su carta. Propone a todos los jesuitas la oración  y la creación de espacio s y oportunidades que hagan visible la vida del jesuita. «La mejor promoción de vocaciones a nuestro estilo de vida son jesuitas que aprecian su propia vocación y la viven reflejando plenitud y felicidad». 

Eterno Señor de todas las cosas, elegiste a Ignacio para reunir compañeros a tu servicio y formar una Compañía que lleva tu nombre.
Abriste sus corazones a la inspiración de tu Espíritu Santo para que pudieran servir más y mejor a tu Iglesia y llevar a todos los hombres y mujeres del mundo el consuelo de tu amor que sana y redime.
Los llamaste a seguirte en pobreza y humildad, bajo el estandarte de la Cruz, con una fe inquebrantable y un corazón generoso, al precio que fuere.
Nunca has abandonado tu amor providente a tu Compañía ni has dejado de abrirle caminos siempre nuevos a tu servicio.
Señor, te pedimos que continúes llamando para esta Compañía servidores a tu misión. En este Año Ignaciano, mientras pedimos “ver nuevas todas las cosas en Cristo”, concédenos la gracia de acompañarles con el don del discernimiento.
Concédenos la discreta caridad para que sepamos proponerles este camino no sólo con palabras, sino con la integridad, la alegría de nuestra vida y la presencia del Espíritu Santo en nuestra misión.
Concédenos la apertura y la generosidad para recibirlos en nuestras comunidades, para que sepan que realmente estás entre nosotros y que somos tus amigos reunidos y listos para ser enviados a donde y cuando Tú quieras llamarnos.
Sobre todo, que demostremos en nuestra vida y en nuestro trabajo que éste es un camino seguro hacia ti, en el servicio amoroso a tu Iglesia y al mundo.

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