Un hospital jesuita, referencia contra el Covid-19 en África
Este verano, nuestro compañero Carlos Gómez-Vírseda SJ tuvo la oportunidad de viajar al hospital Buen Samaritano en Chad, donde hizo su magisterio y sigue yendo con frecuencia para apoyar este proyecto único, que combina salud y educación en uno de los países más pobres del mundo.
El Buen Samaritano consta de dos hospitales y 13 centros de salud que proporcionan atención sanitaria a cientos de miles de personas. Además, cuenta con una pequeña facultad de medicina y enfermería que lleva varias décadas formando a sanitarios locales al servicio de los más vulnerables de su país.
Durante un mes, Charlie estuvo trabajando como médico en el servicio de medicina interna y enfermedades infecciosas del hospital. Además, su visita sirvió para retomar las clases de los alumnos de medicina y enfermería, que estaban prácticamente detenidas a causa del Covid.
Precisamente tras la pandemia, el hospital jesuita de N’Djamena se ha convertido en un centro de referencia para la lucha contra el Covid en Chad. Gracias al apoyo de Entreculturas, la Fondazione Magis, de Italia y otros benefactores, se construyó el Laboratorio de Grandes Epidemias Tropicales (LAGET). En este laboratorio se realizan pruebas médicas como PCR, estudios de seroprevalencia y carga viral, detección de nuevas variantes, etc. Todo ello ayudará a la comunidad científica a entender el comportamiento del virus en regiones no bien estudiadas, como es el África subsahariana. De hecho, los médicos y enfermeros del hospital, coordinados por varios jesuitas, publicaron recientemente un artículo en una prestigiosa revista médica y piensan seguir contribuyendo con nuevos estudios sobre vacunación y Covid.
Con todo, detrás de la buena noticia, Charlie nos invitaba a hacer una reflexión más profunda:
“Es cierto que el hospital se convierte en una referencia para luchar contra esta enfermedad que afecta a todo el mundo... Pero la verdad es que el propio país se ha visto muy poco afectado por la pandemia: Chad apenas cuenta unos cientos de casos mortales, probablemente debido a su aislamiento y a la juventud de su población. ¡La edad media del país son apenas 19 años! El verdadero problema sanitario allí sigue siendo la malaria, la tuberculosis, el sida, etc. Enfermedades ligadas a la pobreza que no salen en las noticias, pero siguen matando a cientos de miles de personas cada año”.