Publicado: Miércoles, 02 Noviembre 2022

Últimos votos en Nador

La pequeña comunidad parroquial de Santiago el Mayor en Nador se vio ensanchada, este domingo 30 de octubre, con motivo de los últimos votos de José Luis Vázquez. Además de los feligreses habituales, se congregó la familia de José Luis (padres, hermanos y uno de sus sobrinos), un selecto grupo de amigos, sobre todo provenientes de Valladolid, algunos representantes de Cáritas y otros donantes que apoyan la misión de la DDM y del centro Baraka, Daniel Izuzquiza en representación de la comunidad de Almería, y el mismo cónsul de España en Nador.

Y es que los últimos votos en la Compañía de Jesús suponen un motivo de alegría y gratitud para toda la Iglesia. La celebración fue sencilla, entrañable, intensa y familiar. El coro intercaló canciones en castellano, francés, árabe, griego y latín, haciendo así un guiño al don de lenguas de José Luis, ayudando a la oración común y mostrando de este modo la multiforme universalidad de esta comunidad y de toda la Iglesia.

El vicesuperior de Nador, Álvar Sánchez, que fue el encargado de recibir los votos, inició la homilía con unas breves palabras en las que hizo referencia al amor de José Luis por la palabra de Dios y a su capacidad para iluminar a la comunidad cristiana en la celebración dominical. A continuación, cedió la palabra a dos religiosas de Nador. Trini, de las Hijas de la Caridad, estableció un sugerente paralelismo entre la figura de Zaqueo y la persona de José Luis, que fue hilvanando a partir de dos palabras: felicidades y gracias. Auxilio, de las Esclavas de la Inmaculada Niña (Divina Infantita), también insistió en dos palabras: felicidad y fidelidad; además, leyó un mensaje de su Madre provincial dirigido a José Luis.

Inmediatamente antes de la comunión, siguiendo la tradición de la Compañía explícitamente recogida por las Constituciones, José Luis pronunció sus votos. Culminaba así un largo itinerario formativo como jesuita, iniciado hace unos treinta años y que ahora, con la plena incorporación a la Compañía, se abre a la entrega madura y generosa a la misión, siempre en proceso de formación permanente. Continuó la acción de gracias después de la eucaristía, con un enjundioso y fraterno aperitivo, y durante el resto del día. Siempre con el deseo de que nuestras vidas sean eucarísticas, entregadas, agradecidas.

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