Publicado: Lunes, 05 Diciembre 2022

Últimos votos de Javier Rodríguez Ortega

La tarde noche del pasado sábado, festividad de San Francisco Javier, la Iglesia del colegio Inmaculada Jesuitas Gijón acogió la eucaristía en la que Javier Rodríguez Ortega, SJ celebró sus últimos votos como jesuita. La ceremonia estuvo presidida por el P. Pedro García Vera, SJ, Superior de los jesuitas en Asturias y Delegado de la Plataforma Apostólica, que fue el encargado de recibir los últimos votos.

Una eucaristía en la que arroparon a Javier sus compañeros jesuitas de las comunidades de Oviedo y Gijón, así como las familias y grupos de la misa dominical de la Inmaculada; los universitarios de Magis y el coro de Misa de 8 prepararon con cariño la misa que fue encuentro de alegría y gozo por la celebración de sus últimos votos.

Pedro García destacó en su homilía: “Cuando Ignacio de Loyola fundó este grupo religioso, no quiso que tuviera otro nombre que el de Jesús. Y quiso denominarlo: Compañía -de compañeros – de Jesús. Lo de compañeros lo subrayaban los primeros jesuitas denominándose a sí mismos, amigos en el Señor. Nuestra amistad, sobre todo, se funda en la amistad personal con Jesús, tan necesaria e importante. Amigos en el Señor, como deseo permanente, que disponga a la fraternidad”

Javier también quiso tener unas palabras de acción de gracias al final de la celebración, en la que hizo un breve recorrido por los últimos 18 años transcurridos desde sus primeros votos, “Después de toda esta peregrinación me quedo con dos sabidurías con las que quiero regirme en el resto de etapas por las que vaya transitando. La primera es que en el mundo solo importa un tipo de persona: la que sufre, la vulnerable …. que sufre por desprecios, injusticias, abusos… Es en la debilidad donde nos encontramos como hermanos. La segunda idea es que solo hay una única misión que compartimos todos: la misión de Cristo de aliviar ese sufrimiento, de consolar a los desolados, de liberar a los cautivos, de dar esperanza… En mi caso, acompañando en la formación de personas en la sensibilidad ignaciana hacia lo humano ha sido el modo con el Cristo ha querido que colaborase en su misión dentro de la Compañía.

Un día de celebración, de alegría, de compartir, de ratificación de un compromiso mutuo. Enhorabuena.

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