Traslado de los restos de los jesuitas y bienhechores difuntos de León a Villagarcía
Trece años después del cierre de la última comunidad en León, el sábado 13 de diciembre fueron exhumados los restos de los 25 padres y hermanos jesuitas que permanecían enterrados en el panteón de la Compañía en la ciudad. Su destino, el cementerio propio que la provincia tiene en la casa de Villagarcía de Campos, localidad vallisoletana donde han sido trasladadas las urnas.
Junto a ellos, se encuentran los restos de dos benefactores que hicieron posible el actual colegio del Sagrado Corazón, Don Pedro Martín Escudero y doña Carmen García, una obra inaugurada en 1959 y que hoy supera los 1.200 alumnos.
Antes del desplazamiento, la comunidad educativa se congregó para celebrar una eucaristía en agradecimiento a Dios por la trayectoria de la Compañía en León y el legado de todos aquellos que precedieron una misión y una presencia que se remonta a 1565.
Un traslado que, sin duda, remueve, y especialmente en quienes compartieron la vida en León con los compañeros allí enterrados despierta muchos recuerdos, y quizás algunas preguntas. Para unos habría que dejar descansar a los muertos allá donde fueron enterrados. Para otros, y ahí está el motivo del traslado, se busca seguir también rezándoles, recordándoles, allá donde está la Compañía. Es un paso que tiene que ver con el respeto por la memoria de tantos compañeros que son ya parte de la comunión de los Santos y a quienes siguen recordándoles con afecto y gratitud.