Publicado: Miércoles, 03 Marzo 2021

Alumnado y comunidad jesuita, una historia de cariño en Escuelas San José

Una cosa muy bonita que intentamos cultivar en la Compañía de Jesús es que nuestro alumnado tenga una relación muy cercana y muy normalizada con los jesuitas. En concreto, en Escuelas San José (Valencia), los alumnos de primaria disfrutan y comparten momentos a lo largo del año de manera muy natural.

Por ejemplo, durante las celebraciones de Navidad ocurre un momento muy especial: cuando el coro de Primaria sube a la comunidad y les cantan villancicos y comparten un rato de charla y dulces navideños. Pero no solo eso. Los niños y niñas también les ven también por los patios en sus paseos, en sus comuniones, cuando nos acompañan en algunos actos etc.

La situación de pandemia que vivimos ha cambiado un poco todo esto. Aún así, de cuando en cuando, los jesuitas pueden, desde la distancia verles y regalarles muestras de cariño de esas que hemos aprendido a hacer con todo esto de las normas de seguridad extraordinarias.

Pero este febrero ha sido un mes especialmente difícil para toda la comunidad educativa en las Escuelas San José. El Covid-19 llegó a la enfermería/residencia donde viven algunos jesuitas que están en nuestro cole. Como todos sabemos, este virus afecta de manera especial a las personas mayores y, desgraciadamente, la enfermería del colegio no fue una excepción. El virus también nos hizo perder a dos jesuitas muy queridos por toda la comunidad educativa: el P. Terrades y el P. Eduardo Serón, cuya noticia nos deja perplejos, desolados.

Especialmente dolorosa para las Escuelas San José fue la pérdida del padre Eduardo Serón, SJ, que durante muchos años había servido con cariño y delicadeza en nuestro colegio en la ciudad de Valencia, como acompañante, pero también como rector del centro y superior de la enfermería. Un jesuita que se había ganado el corazón de muchas personas en el colegio.

Uno de los frutos más claros que ha conseguido esta simbiosis entre alumnado y comunidad es una propuesta, que nació de los primeros: llenar nuestras ventanas de corazones para que cuando nuestros jesuitas se asomen al patio desde la comunidad vean las ventanas llenas de cariño, apoyo y alegría.

Al terminar la cuarentena reglamentaria y reponerse de la enfermedad, los jesuitas han podido verlos. Un acto que les ha emocionado y, según ellos mismos cuentan, les da fuerzas y energías para recuperarse del todo. Se asoman al pasillo de la comunidad que da directamente al patio, y sin querer, los ojos se van directamente a los corazones y sonríen… saben que son queridos y que cada día, los más pequeños también se asoman a las ventanas para verles paseando o en alguna ventana y poder saludarlos.

Como siempre, los pequeños en su sencillez y espontaneidad, nos han dado una lección de cariño.

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