Publicado: Martes, 12 Noviembre 2024

De las palabras a las obras: testimonios de esperanza en las Escuelas San José

Ante las catastróficas consecuencias del temporal que ha asolado varios territorios de España y muy especialmente Valencia, la Compañía de Jesús ha habilitado un espacio para aunar esfuerzos. Si puedes, colabora aquí

 
Ha pasado más de una semana de la tragedia de Valencia que quedará en la memoria colectiva. Aquí recogemos diferentes testimonios sobre el terreno. Primero encontrarás los más recientes y después los de los primeros días. Así que antes de continuar leyendo, descálzate y despójate de tus sandalias porque el suelo que vas a pisar es Sagrado.

 

Martes 12 de noviembre de 2024

"Hacer llegar lo que necesitan, acompañarles, asesorarles para usarlo correctamente y gestionar que pase de mano en mano para que sea de provecho. Esta es una de las tareas del grupo de apoyo de ESJ en Paiporta que coordina Rubén Muñoz sobre el terreno. En estas líneas cuento lo que ocurrió el sábado 9 de noviembre. Lo que lo ví y lo que viví. 

Días atrás, por medio de unas fichas en papel (a veces no hay internet), se recogieron las necesidades de los vecinos. Las peticiones se consiguen de donaciones o se compran con las aportaciones que nos han llegado o nos llegarán a la escuela. La lista es larga: bombas de achique para aguas fecales, hidrolimpiadoras (karchers), carretillas, alargaderas eléctricas, mangueras, palas, cubos para fregar, haraganes (eso es una palabra nueva que hemos aprendido para denominar a una especie de limpiacristales grande que se usa para limpiar el suelo en Latinoamérica), un microondas para que voluntarios y trabajadores puedan calentar comida… El material es caro pero es lo necesario para ahora. Comida y agua ya hay mucha por ahora. Ropa también. 

Como no ha podido llegar la furgo por las restricciones de acceso, una cuadrilla de 6 profes hemos llevado todo el material en carretillas y una carro de supermercado que encontramos en el camino. 

Es llamativa ver a las personas pendientes de otras personas: todo el mundo ofrece ayuda sin pedirla. Ojalá esto se quede para siempre. Cadena de favores como humanidad. 

Hay un punto en el camino en el que es necesario atravesar las retorcidas vías del metro junto a la estación de Paiporta. Levantan las carretillas soldados de la UME, voluntarios de Islamic Relief, y muchas otras personas que no conocemos. Muchas gracias muchas veces. Nos saludan antiguos alumnos que nos han reconocido y nos comentan que ya han visto pasar la furgo del cole varias veces en la última semana. Sonríen cuando la ven pasar. 

Isidro, un hombre mayor, llega preguntando por una Karcher, le tomamos nota para agregarle al grupo de Whatsapp creado expresamente para que se gestione el turno de uso. Es importante que las máquinas no se queden paradas en ninguna casa o se les pierda la pista. Nos cuenta que es de Requena pero su familia hace años que viven en Paiporta. Se rompe cuando le preguntamos cómo se encuentra, si necesita algo más. No sabe por dónde empezar. Llevan 10 días sin descanso, trata de atender también a sus hijas, pero no llega a todo. Que está reventado de cansancio. Como todos los mayores de Paiporta.

Una madre llega con un capazo buscando lo necesario para su hijo. Necesita pañales de talla 6, pero allí cerca solo hay de 4. Se marcha al punto de recogida que hay en la avenida, donde tienen pañales y productos de higiene. Más tarde encuentro pañales de la talla, pero ya es imposible localizarla para llevárselos. 

A mediodía montamos la última Karcher. Estas máquinas de agua a presión están sirviendo para limpiar a fondo el barro de paredes y suelo, pero también de puertas, estanterías, muebles que han sobrevivido, motos, bicicletas, patinetes… No es fácil tener todo lo necesario, porque no basta la máquina. Hay que conectarla a una manguera que tenga la longitud suficiente, tener los racores de la medida y tipo necesario, disponer de una alargadera eléctrica adecuada… y explicar como funcionan brevemente, para garantizar que duren el mayor tiempo posible.

Se cierra el día visitando a algunas personas para escuchar como están. A vecinos como Javi a los que se ha enviado a voluntarios que preguntaban cómo ayudar. Allí ha estado mucha gente ayudando nos dice sonriendo. Está muy agradecido por el apoyo. Graciès voluntaris!

En en camino encontramos un puesto de café, leche y galletas donde antes había una frutería pakistaní. Están allí atendiendo a la gente. Coge lo que necesites. No hay diferencias de religión, ni ascendencia, etnia o edad..  Tots a una veu, germans vingau.

En la calle 9 d’Octubre encontramos a Miguel, cuyos desagües no tragan pues el alcantarillado de su zona está atascado: todas sus bajantes están desbordando por una arqueta, llenando la parte inferior de su vivienda de aguas sucias. Le recomendamos restringir el uso de los desagües y echar zotal o lejía.

De vuelta a Ctra.de Picaña 9 pasamos por varias calles que siguen anegadas y otras en la que todavía no se han retirado los escombros y desechos. Tanto caos que da ganas de llorar. Varias pintadas acompañan y sostienen las lágrimas. Força poble. 

Volvemos a la escuela y tras limpiar las botas y recoger las casas volvemos a casa. Queda trabajo de “oficina”. Pasar las fichas a una hoja de cálculos. Montar grupos de Whatsapp por necesidades, marcar la situación de las familias que apoyamos en una lista de Google Maps…y descansar".

Alberto Gilsanz, Dirección Pedagógica e Innovación de las Escuelas San José

Lunes 11 de noviembre de 2024

 

"Este fin de semana, un grupo de trabajadores de las Escuelas San José, pudimos vivir jornadas donde se mezclaron muchas emociones. Por un lado, la imagen desgarradora que tras cada esquina nos encontramos. La desolación se respiraba en cada una de las calles de Paiporta. Por otro lado, la gran humanidad de las personas, que unían sus corazones para ayudar a recuperar la vida que la naturaleza ha arrebatado. La bondad, la pasión y el amor con el que todo el mundo trabajaba y se relacionaba hacían palpable la grandeza del ser humano. Gente que lo ha perdido todo, agradecía a los voluntarios con una media sonrisa, pero con la pena en la mirada. Sin duda, momentos en los que la esperanza, nuestro acompañamiento y cariño son necesarios para compartir el sufrimiento, estar unidos y que poco a poco todo vuelva a la normalidad".

 

Alfredo Martínez, profesor de las Escuelas San José

"Cuesta describir con palabras lo que sientes al llegar como voluntaria a una zona afectada por esta reciente catástrofe. Tu interior se estremece a cada paso que das. Este fin de semana, un grupo de profesores de Primaria nos organizamos y fuimos a Paiporta.

Nuestro objetivo era claro, poner nuestras manos al servicio de aquellos que lo necesitan. Cada paso que dábamos entre el barro y los escombros de las calles, me mostraba que a día de hoy las vidas de cientos de personas siguen sin retomar el pulso.

En medio de este triste escenario, surge la necesidad de ser luz de esperanza para quienes lo necesitan en estos momentos. Y eso fue lo que intentamos hacer. Acudimos a la llamada de una familia que tiene una farmacia, y con nuestros pequeños gestos: limpiando suelos y paredes, moviendo estanterías, trasladando material, clasificando y recolocando productos… tratamos de ayudarles a recomponer su arrasada normalidad.

En estos duros momentos, nuestras pequeñas acciones son para ellos la certeza de que no están solos y la esperanza de que como comunidad somos más fuertes frente a las adversidades. Como diría el P. Ángel, 'Pequeñas personas, en pequeños lugares, haciendo pequeñas cosas, pueden cambiar el mundo'".

Esther Corrales, profesora de las Escuelas San José

Domingo, 10 de noviembre de 2024

"El sábado estuvimos en Paiporta. Empezamos ayudando a unos vecinos a sacar cubos de agua de su garaje. Luego llegamos a un bajo donde acababan de llegar camiones militares llenos de comida y productos de limpieza. Nos unimos con ellos e hicimos cadena para poder descargarlo todo.

Nunca antes había hecho una cadena como esa. Éramos muchos y nadie sobraba porque nos facilitábamos unos a otros el trabajo. Después de un camión llegaba otro, y así toda la mañana. Unas vecinas que estaban organizando este punto de recogida y que se habían visto afectadas por la DANA nos daban las gracias y nos abrazaban.

Es increíble sentir a Dios en mitad de esta catástrofe, a través de miradas, abrazos, sonrisas, palabras de consuelo y de ánimo. Todos remando juntos en la misma dirección por el bienestar del otro y sin esperar nada a cambio. Estos días en estos pueblos, la solidaridad y la esperanza triunfan frente al odio y el egoísmo".

Àngela Escobí - profesora de las Escuelas San José

"'En todo amar y servir0. Esta famosa frase de San Ignacio de Loyola cobró vida cuando un grupo de profesores de las Escuelas decidieron dedicar su tiempo y esfuerzo a ayudar en Paiporta, una de las zonas más afectadas por la DANA. Al llegar allí, se encontraron con familias que lo habían perdido prácticamente todo, pero que recibieron su apoyo con gratitud y esperanza.

La compasión fue la fuerza que movió a este grupo de docentes, que sentimos la necesidad de actuar siendo plenamente conscientes de la importancia de responder ante el sufrimiento de los demás. Así fue cómo acabamos llenos de barro escuchando, ayudando y acompañando a las familias afectadas, no solo con manos para reconstruir, sino también con palabras de aliento.

Dicha entrega y compromiso recuerdan la importancia de nuestra misión como educadores: ser ejemplos de solidaridad y servicio. Esta experiencia me ha dado la oportunidad de vivir 'al estilo jesuitas' en acciones concretas, enseñando a nuestros alumnos que ser para los demás es la verdadera esencia de nuestra vocación".

Ana Monzón, profesora de las Escuelas San José

Sábado, 9 de noviembre de 2024

"En la asignatura de Religión esta semana hemos hecho 'prácticas'.

Los alumnos que hacen prácticas en el laboratorio dicen que la Química se entiende mejor entre probetas, microscopios, muestras y resultados. No es que los apuntes de clase no sirvan para nada. Todo lo contrario. Pero si no aplicamos en la vida real lo aprendido en el aula todo lo que damos en clase no sirve para nada.

Estos días los alumnos de Religión de las Escuelas han estado de prácticas. Debían encarnar el Evangelio en la vida real. La evaluación ha sido de Matrícula de Honor. Los ejercicios han consistido en encarnar Parábolas y materializar Bienaventuranzas. A los chicos se les ha pedido que ejerciesen de “samaritanos” y a las chicas que actualizasen la imagen de la mujer que donó al tesoro del Templo todo lo que tenía para vivir.

A las prácticas se ha unido todo el Colegio: profesores, trabajadores y padres. También las han realizado los universitarios de grupos Magis y hasta algún que otro vecino. La nota ha sido la misma para todos: matrícula de honor.

Las prácticas creo que se alargarán un tiempo. Y tengo la certeza que la nota será la misma: matrícula. Son ejercicios trabajosos. Pero lo aprendido dura para toda la vida".

Nacho Narváez sj.

Viernes, 8 de noviembre de 2024

"En estos días de tanta necesidad, nos pidieron si los alumnos de los ciclos de electricidad podíamos colaborar para poder poner en funcionamiento la Residencia de La Purísima en Alaquàs. Ha sido una muy buena experiencia pues junto con nuestros profesores hemos podido hacer el mantenimiento y rehabilitación eléctrica de la residencia. Esta situación que estamos viviendo en Valencia se ha convertido en una oportunidad para saber cómo actuar en caso de emergencia. Hemos aprendido a relacionarnos, a organizarnos y trabajar de forma más eficaz y bajo presión, con nuestros compañeros y con los profesores del departamento de Electricidad. Este trabajo que para nosotros también ha sido un acercamiento a nuestra profesión, nos ha enseñado a trabajar en las instalaciones reales y a tomar decisiones antes las averías e investigar sobre el terreno las mejores posibilidades para dar soluciones. Ayer al regresar a casa, recordé el lema de las Escuelas de “hombres y mujeres para los demás” y entendí el porqué. 

Alumno de Formación Profesional

"Durante esta semana he sido voluntaria en la recogida de alimentos del cole, una iniciativa para apoyar a las personas afectadas por las recientes riadas. Desde el momento en que vi los mensajes y vídeos de mis amigos y en redes sociales, entendí que no podía quedarme de brazos cruzados. Era necesario actuar, aportar aunque fuera una parte de mi tiempo para ayudar a quienes lo habían perdido todo, y en el colegio, junto con la fundación Benclinic, nos han ofrecido una ocasión perfecta para ello. 

Han sido días de mucho trabajo y dedicación, pero también de mucha esperanza al ver que en momentos tan importantes como este nos hemos movilizado para dar respuesta a las necesidades que iban surgiendo. Ha sido muy emocionante ver tantas caras conocidas —alumnado, antiguos alumnos, profesores, padres, y hasta amigos de amigos— acudir al colegio tras una simple llamada.

A lo largo de estos días, he comprendido profundamente dos frases que en el colegio hemos escuchado desde que somos pequeños: “hombres y mujeres para los demás” y “en todo amar y servir”. He experimentado de primera mano el significado de estos valores que forman parte de nuestra identidad ignaciana. Valores que he visto reflejados en tanta gente buena que se ha acercado a ayudar, en esos ratos de espera entre camión y camión, en los mensajitos que venían de diferentes ciudades de España, quizás un simple “¡Ánimo!” escrito en rotulador permanente en una lata de conserva, pero que también a nosotros nos animaba a seguir con la tarea.

Después de esta semana de mucho trabajo solo tengo palabras de agradecimiento. A cada una de las personas que han aportado un donativo o su tiempo para hacer del mundo un lugar mejor. Y especialmente al colegio, porque con su implicación nos ha permitido experimentar el valor del servicio".

María Segarra, alumna de 1º de Bachillerato

Jueves, 7 de noviembre de 2024

"Uno de los grupos de ayuda de las Escuelas San José estamos colaborando con el vecindario de Paiporta. No tengo palabras para describir el modo en el que se vive la ayuda, el agradecimiento, la desolación, la pérdida,... estos días por allí. Son palabras que en experiencias así nos pueden redescubrir un significado profundo que interpela. También muchas emociones que nos hacen humanos, comunidad y fraternidad humana.

La tarea que estamos llevando a cabo es puerta a puerta. Hablamos, preguntamos, nos piden, conseguimos y volvemos al día siguiente a darles lo que hemos conseguido. Ayudamos a que tengan lo que nos piden y lo hacemos sin prisa, aunque haya urgencia. Estamos también para mirar, escuchar, abrazar... y es emocionante ver que se convierte en un regalo que las personas afectadas necesitan, casi con vergüenza de pedirlo.

Miguel contando cómo dejo “ir” a su suegra el martes con el agua, hasta oír una voz y ver llegar como un milagro la ayuda para salvarla. David, que desde el principio ha estado moviendo al vecindario de su calle en cooperación hasta el agotamiento. Miguel que con un seguro limitado no se imagina retomar la normalidad nunca. Raquel, que está coordinando un centro de ayuda en Alcácer. Gente de Guadalajara que se ha cogido todas sus vacaciones y está sin parar haciendo viajes para entregar en mano materiales necesarios. Algunos compañeros de las Escuelas que están ayudando a organizar la reparación eléctrica, el achique, las cadenas de desenfangar,... de sus propias viviendas. Bomberos que, jugándose empleo y sueldo, vienen de Ávila y Huesca a ayudar en tareas que solo ellos pueden hacer. Todos estos días compartimos lágrimas de frustración, de desesperación, de la belleza, de sentirnos unidos, de agradecimiento...

Estas son algunas de las historias que hemos presenciado un grupo pequeño de gente. Hay muchas más que no caben aquí. Y habrá miles en cada una de las calles de las poblaciones afectadas. Estas personas, nuestras hermanas y hermanos nos necesitan. Organizados y a largo plazo.

En mi opinión no cabe el juicio de las decisiones personales, familiares y comunitarias, no cabe la comparación, la solución de palabra, la actitud de salvadoras/es, no cabe la crítica a cualquier labor que se haga para estar cerca de esta catástrofe. La puerta está abierta a la amabilidad, al buen trato, al servicio… y a que cada persona, con sus talentos, sus circunstancias y su libertad, vea cuál es la manera que encuentra de aportar. La llamada a cómo actuar como comunidad en esta frontera de desolación (como muchas otras que hay en el planeta tierra) que en esta ocasión ha llamado cerca a nuestra puerta. La llamada está a parar y sentir, pensar y movilizar cómo lo que sucede en el mundo nos afecta a todas y todos, y cómo, humildemente, vamos a reaccionar"

Grupo de Ayuda de las Escuelas San José en Paiporta

Martes, 5 de noviembre de 2024

"Hoy el día ha estado marcado por la vuelta a las aulas ha sido muy bonito. Hay mucho sentimiento en el ambiente. Hemos iniciado el día con un buenos días que ha realizado todo el colegio en sus aulas con sus tutores y profesores. Se han vivido momentos muy intensos en la oración.

Por otra parte, hemos acogido a cuatro alumnos desplazados, dos de 1º Educación Primaria y dos de 3ºESO. Es previsible que mañana lleguen más. Seguimos esperando que la Consellería de Educación nos asigne algún centro afectado para poder acoger en las aulas que tenemos preparadas, todo va muy lento.

Seguimos con la recogida de alimentos, empaquetado y distribución. Los alumnos desde 3ºESO en su hora de Reli están haciendo este servicio junto con el alumnado de Ciclos Formativos. El alumnado de Primaria está escribiendo notas de ánimo que van en las bolsas. En horario extraescolar se une muchísima gente, desde las 17 horas. La anécdota de hoy es que ha llegado un tráiler enviado por una antigua alumna del cole de Zaragoza. También hemos enviado 10 bombas de achique que nos pedían los bomberos. Nos siguen diciendo que es muy importante la labor que estamos haciendo, los almacenes están llenos en las ciudades afectadas, pero la última milla falla.  Ahora mismo el tema es crítico, los WC empiezan a no tragar y la situación sanitaria empeora a marchas forzadas. Cada vez hay más militares y eso se agradece muchísimo. Nuestros profesores siguen bien, es posible que mañana se incorpore alguno más. Terminamos el día con la vigilia del Centro Arrupe".

Pedro Giner - Director General de las Escuelas San José

Lunes, 4 de noviembre de 2024

"Por una parte, quiero compartir la frustración de no poder acoger al alumnado hoy. Nos vuelven a confirmar que mañana sí empezaremos las clases, ojalá así sea. El alumnado necesita venir al colegio. A nivel organizativo hemos ampliado las entradas y salidas para facilitar los desplazamientos de las familias y hemos ofrecido espacios para que otros centros puedan reanudar sus clases. Hay algunos completamente destrozados.

Con la plataforma, hemos enviado a nuestro equipo de mantenimiento a arreglar la casa de la Purísima de Alaquàs para que pueda acoger a equipos de intendencia o familias. Lo han hecho y ya hay agua caliente y calefacción. Por otra parte, el SJM, nos ha derivado algunas furgonetas de alimentos. A nivel de comunidad educativa, hemos seguido con la recogida, empaquetado y transporte de alimento. Es conmovedor ver la entrega de los alumnos, familias y compañeros.

Estamos haciendo reparto con la furgoneta del colegio y no podéis imaginar lo que produce en la gente que conoce a los Jesuitas. Nos sienten cerca y así lo expresan. La cantidad de gente de toda España que nos dice: ¡Yo estudié en Jesuitas! Y mandan un camión lleno de alimentos desde Zaragoza, Madrid, Salamanca... Menuda pasada. Por otra parte, hoy también hemos llevado a la zona bombas de achique, algunas nuestras y otras donaciones que nos han hecho. La gente necesita vaciar los bajos y sacar a la gente que quiere. Seguimos recibiendo un montón de llamadas de cariño y ayuda. Una maravilla sentirnos cuerpo en misión".

Pedro Giner - Director General de las Escuelas San José

Un diario, 3 de noviembre de 2024

El pasado martes, 29 de octubre de 2024, una DANA asoló varios territorios de España. Valencia y, en especial, sus alrededores posiblemente hayan sido las zonas que con mayor sufrimiento hayan vivido las consecuencias de este temporal.

Las Escuelas San José, el colegio de la Compañía de Jesús en Valencia, apenas han sufrido heridas visibles. Su ubicación, en el barrio de Campanar, ha evitado que las instalaciones hayan sufrido grandes daños. Sin embargo, las heridas de otros también se viven en primera persona y han dejado huella entre los integrantes de su comunidad educativa.

Esta es la historia, estas son las historias de un colegio que, en colaboración de todas las obras de la Compañía de Jesús en Valencia y la Asociación Benclinic, decidió unirse en el dolor y con sus propias manos intentar colaborar en la construcción de un futuro más esperanzado. Durante el fin de semana del 1 de octubre, las Escuelas San José decidieron organizarse y convertirse en un punto para donar alimentos y material. Su alumnado dio un paso al frente, actuando como voluntarios.

 

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