El arzobispo de Valladolid preside la eucaristía de san Ignacio

La eucaritía de acción de gracias de san Ignacio fue celebrada ayer en la iglesia del Corazón de Jesús presidida por el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, y compartida por mucha gente que desde las distintas obras y comunidades participa de la espiritualidad del santo “que inspira tantos caminos y formas de vivir el evangelio”. Durante la homilía, el arzobispo ahondó con gratitud en la presencia y servicio de la Compañía de Jesús a la iglesia católica y en concreto también a sus aportaciones a la diócesis de Valladolid. “La iglesia católica sería más pobre sin la labor de los jesuitas”, dijo. Desde ahí recordó lo recibido personalmente a lo largo de su vida sacerdotal y de su ministerio desde diversas instituciones –Universidad Gregoriana, en Bilbao, en Loyola…- .  Y retrocedió a la “inspiración primera”, su fecundidad y su sentido hoy para la Compañía de Jesús, cuatro siglos después.  Recordó la figura de Ignacio de Loyola como santo “de ayer, de hoy y de mañana” por una vida entendida como “ofrenda permanente”,  por su “comunión con la iglesia” a pesar de las dificultades y diferencias, por su sabiduría humana y cristiana reflejada en los Ejercicios Espirituales, hoy fuente de inspiración de muchos. Blázquez agradeció a los jesuitas la custodia de este legado y de su misión y les animó a continuar abrazando su carisma, “un don que Dios ha colocado en la historia muy cercana a nuestra historia”.