Publicado: Martes, 18 Diciembre 2018

La Compañía de Jesús dejará Huesca al finalizar este curso 2018-2019

 La Compañía de Jesús ha comunicado al obispo de la diócesis de Huesca, D. Julián Ruiz Martorell, su decisión de dejar de prestar su labor pastoral en la ciudad al finalizar este curso 2018-2019. Los cuatro jesuitas residentes en Huesca serán destinados a otros lugares de España y la Iglesia de San Vicente Mártir, que fue cedida a la Compañía desde 1610, volverá a la diócesis. La decisión de la Compañía de Jesús de dejar Huesca se enmarca dentro del proceso de reestructuración de presencias que la Compañía de Jesús inició en 2014 con la integración de sus cinco provincias en una, la Provincia de España.

La Compañía de Jesús agradece profundamente a la ciudad de Huesca y a sus fieles toda la rica historia de fe y vida compartida desde hace más de 400 años. Se despide con tristeza, pero con la confianza de que su labor será continuada por otras personas de la iglesia oscense.

En la actualidad viven en la residencia de la Compañía, ubicada en la calle Sancho Abarca, cuatro jesuitas. Prestan servicios pastorales en el templo, siendo muy valorado el sacramento de la reconciliación que ofrecen y la disponibilidad de confesores durante todo el día. También acompañan algunas de las asociaciones que tienen su sede en la residencia y están muy arraigadas en la ciudad: el Centro Diocesano de la Red Mundial de Oración del Papa, - antiguo Apostolado de la Oración -, el Centro Diocesano de la Asociación de Adoración y Vela y la Asociación de Damas y Caballeros de la Corte de Honor de la Virgen del Pilar. A ello se suma la formación que imparten, junto a sacerdotes de la diócesis, en el aula de Teología San Lorenzo y San Vicente.

Además, los jesuitas prestan también servicio a la diócesis acudiendo los días de fiesta a pueblos cercanos de la ciudad para celebrar la eucaristía; ofreciendo Ejercicios Espirituales predicados en la Iglesia, o en grupos; y a través de la cesión de un local a Cáritas-Huesca para su sección de Acogida y Acompañamiento.

Breve Historia de la Compañía en Huesca

La Compañía de Jesús llegó a Huesca en 1606 y ha permanecido en la ciudad hasta 2019, salvo los 111 años que van de 1767 a 1878, durante los cuales los jesuitas estuvieron ausentes por la expulsión de España de la Orden que decretó el rey Carlos III. La Compañía fundó en la ciudad el conocido como “colegio de la Compañía” donde fueron educados durante 160 años muchos jóvenes oscenses.

Con la expulsión de España de la Compañía, los jesuitas abandonaron Huesca en 1767. No regresan hasta 1878, gracias a la insistencia del P. Vigordán, Provincial de Aragón en ese momento, natural de Grañén (Huesca). Entonces no fundaron un colegio, sino una residencia en la Calle Aínsa, 1, donde permanecerían hasta 1906, cuando se trasladaron a un nuevo edificio en la plaza del mercado. A principios del siglo XVII, el obispo de la diócesis – y todos sus sucesores - les encomendó en usufructo, la Iglesia de San Vicente Mártir, en el centro de la ciudad y según la tradición, donde se ubica el lugar en el que nació San Vicente. Consagrado a mediados del siglo XVIII, es un templo del barroco jesuítico, con una nave central y en cuyo interior destacan obras pictóricas del hermano jesuita oscense Martín Coronas. Tras la disolución de la Compañía (1932) durante la Segunda República, la iglesia se traspasó al clero diocesano.

De la historia de la Compañía de Jesús en la ciudad han escrito y disertado los jesuitas José Antonio Ferrer Benimeli, profesor emérito de Historia de la Universidad de Zaragoza (Véase: El colegio de la Compañía de Jesús en Huesca [1605-1905], Instituto de Estudios Altoaragoneses, Huesca 2008) y el ya fallecido Isidoro Pinedo Iparraguirre, historiador, especialista en la historia de la Compañía, quien realizó en 2010 una memoria histórica titulada: Los jesuitas en Huesca. La nueva Compañía (1878-2007).

Junto a la labor en la ciudad oscense, los jesuitas realizaron una gran tarea educativa en el colegio que fundaron en la localidad de Graus (Huesca), que fue clave para sus habitantes y los de la comarca. Entre los antiguos profesores de dicho colegio destaca el gran literato Baltasar Gracián, jesuita.

 

 

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