Publicado: Lunes, 10 Noviembre 2014

Retiro intercomunitario en Valencia

El sábado, 8 de noviembre, celebramos un retiro intercomunitario en las Escuelas de San José de Valencia. Lo dirigió el P. Cipriano Díaz Marcos, Delegado Provincial para la Tercera Edad y su Preparación.  A él  asistieron 37 jesuitas procedentes de las comunidades de Valencia y Gandía. El tema del Retiro estuvo marcado por la próxima apertura del Año de la Vida Consagrada; y llevaba como título: “Para estar con Él y como Él. La vida religiosa como entrega sacerdotal”.

Como puntos para la oración personal, el P. Díaz propuso el pasaje del evangelio de Lucas (Lc 2,21-40), la Presentación del Señor en el Templo –que es el señalado para el día anual de la Vida Consagrada-, pasaje al que la Iglesia ha denominado el “evangelio del Encuentro”, en el que dos generaciones se encuentran y se reconocen; y en el que Simeón y Ana, dos ancianos, convierten su espera -para el que nunca es demasiado tarde- en contemplación, visión y profecía, y nos enseñan a mirar con serenidad, a ver al Mesías en estas encrucijadas de la Historia y a que Dios cumple su palabra. En estos tiempos de Provincia única, este evangelio -en el que resplandece el nombre de Jesús, que nuestra vocación y nuestra vida- nos incita a hacer de la oración y servicio el centro de nuestra vida, a experimentarse como “mínima Compañía”, pueblo de pobres y humildes que ponen toda su confianza en el Señor.

En la charla que siguió a la oración personal, el P. Cipriano Díaz hizo unas sugerentes reflexiones sobre “La Vida religiosa como entrega sacerdotal. La Vida Religiosa a imagen del Cristo sacerdote”. Después de establecer la conexión del entre el Cristo “laico” que presentan los evangelios y el Cristo “sacerdote” de la Carta a los Hebreos, que tienen como denominador común un “sacerdocio existencial” de consagración  y entrega, destacó el sentido sacerdotal de nuestra Compañía de Jesús, que es un “cuerpo sacerdotal”, formado por hermanos, escolares y presbíteros. Las tareas del “sacerdocio existencial” –que arranca de su nuestro Bautismo- al que estamos convocados como jesuitas las sintetizó, glosando Mc 13,13-15,  en un “estar con Él·, para predicar y bautizar (en un sentido amplio), echar demonios y sanar”. En resumen: en intimidad, comunidad (somos con-vocados) y entrega servicial.

En la Eucaristía, dimos gracias por los santos y mártires jesuitas, cuya conmemoración  se había celebrado recientemente. Y especialmente agradecimos al Señor el don que significan para la la Iglesia y para la Compañía “los mártires del Salvador”, cuyo 25 aniversario está a punto de  celebrarse. Las lecturas litúrgicas dieron pie para reflexionar sobre la “libertad“  tan ponderada y vivida por San Pablo, y sobre la “fidelidad” que Jesús pedía a los discípulos. Con una comida esmerada, fraternal y festiva rematamos el Retiro.

Julio Colomer, sj

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