
Ejercicios espirituales en clave de Provincia
Las tandas ordinarias de Ejercicios de ocho días que ofrece la provincia y realizan en verano muchos jesuitas, se plantearon este año con un matiz especial. Como experiencia de cuerpo que discierne en común, en un momento clave como el de la redefinición de las preferencias apostólicas de la Compañía universal y en un curso en que la Provincia de España aprobará su nuevo proyecto apostólico.
Las cuatro tandas convocadas han sido una ocasión de “prepararnos y disponernos” no solo en clave individual, sino de cuerpo en misión. Los ejercicios ha tenido lugar entre julio y agosto, en Loyola (dirigidos por Pablo Alonso SJ), Manresa (dirigidos por David Guindulain SJ), Puerto de Santa María (dirigidos por Francisco José Ruiz Pérez SJ) y Salamanca (dirigidos por José Antonio Ruiz-Cañamares) con una propuesta común, preparada con cuidado por un equipo dinamizador. Han participado 165 personas, contando con mayor presencia las tandas de Loyola y El Puerto de Santa María. De entre ellas, 25 eran laicos y laicas colaboradores que comparten misión y se contó también con una amplia presencia de jesuitas jóvenes.
Cada jornada ha estado dedicada a una temática propia de Ejercicios, siguiendo el esquema habitual de ocho días. Las mañanas centradas en la propuesta personal; las tardes con una orientación más corporativa, en la que se ha abordado la temática desde la situación particular del cuerpo apostólico. También novedoso ha sido el tiempo de conversación espiritual vespertina, por grupos, donde se ha compartido la moción básica del día a nivel personal y a nivel de cuerpo, y la dirección hacia la que el ejercitante había sentido que le movía el espíritu.
De esta manera el diálogo habitual de Ejercicios entre el ejercitante y el Creador, ha ampliado sus comunicadores; ha dejado de ser únicamente un acto de oración personal -que por supuesto ha sido lo primordial- para incorporar a la conversación a otros compañeros en el Señor. Compartir con ellos lo recibido en los ejercicios espirituales, a través del diálogo espiritual, es algo novedoso que seguro dará sus frutos.
Concluía cada jornada con la celebración de la Eucaristía, haciendo cada día especial mención de una de las partes de la celebración.