
Encuentro de jesuitas en Loyola (y III)
El sábado 22 de febrero, Luis Busto, Roger Conesa, Jokin González y Gabriel Espinosa fueron los encargados de guiar la oración de la última mañana. De nuevo los relatores, Dani y Paco Pepe hicieron un recorrido por la jornada anterior. Primero, una impresión general y después una propuesta de algunas opciones apostólicas que han surgido en los dos días. Por último, ofrecieron unos puntos para un momento de oración e indicaciones para la última reunión de grupos.
Se percibe que hay un acuerdo en lo esencial, pero también muchos puntos de vista sobre cómo ha de concretarse. Hay mucho que hablar, orar y discernir. La misión compartida se asume, pero hay que clarificar su alcance y a quién implica. También hace falta cuidar la misión de los jesuitas juntos. Se constatan las dificultades del carisma ignaciano. ¿A quién pertenece? En cuanto a la selección de ministerios, hay un acuerdo generalizado sobre su necesidad. Pero no hay concreción. El diálogo sobre la vida comunitaria y presencias apuntó a la existencia de distintos modelos, la necesidad del cuidado y un cierto realismo esperanzado ante el testimonio que las comunidades pueden dar. Y hay tensiones ante las presencias (dónde queda la inserción, las periferias y la hospitalidad)En cuanto a las opciones apostólicas que han ido apareciendo
- Sobre la transmisión de la fe (ver crónica del día anterior)
- Fortalecer la experiencia de la fe
- Conversión pastoral de la provincia
- Familia, juventud y alejados como destinatarios privilegiados.
- Responder a las urgencias existenciales
- Selección de ministerios y misión compartida
- Llevar a cabo selección por dos vías. Aplicar criterios ignacianos acorde a las Constituciones, tanto para cierres y aperturas como para la evaluación de las obras existentesContinuar el camino de aclaración de la identidad del jesuita y el laico en el marco de la vivencia del carisma ignaciano, su expresión en la misión compartida y la sinodalidad.
- Cultivar la fe en los colaboradores a través de la formación y el acompañamiento, cualitativa y cuantitativamente, de modo que cristalicen comunicades apostólicas o de misión favorecedoras de la vivencia de su vocación, así como de su vinculación al carisma ignaciano.
- Establecer criterios comunes que ayuden a los jesuitas a desarrollar la misión desde una mayor cultura colaborativa y del cuidado entre nosotros, la vivencia de la misión compartida y la aplicación a contextos particulares.
- Presencias de la Compañía y vida comunitaria
(Presencias).- Tomar en consideración los nuevos márgenes o las nuevas periferias de la provincia, sin olvidar comunidades de inserción y hospitalidad
- Vida comunitaria
(Vida comunitaria)
- Potenciar la reflexión sobre un nuevo modelo comunitario que lo acompase con los cambios en la vida apostólica afectada por la mayor itinerancia, trabajo en red y misión no homogénea
- Repensar un nuevo estilo de liderazgo del superior local
- Transparentar en la vida comunitaria nuestra llamada a ser pobres, apóstoles y compañeros
- Potenciar la dimensión interna de la vida comunitaria a través de las tres mesas (celebrativa, trabajo y vida)

Se propuso a los jesuitas orar sobre estas opciones... y poder tener después una reunión (por grupos) en una única ronda para expresar cual es la moción fundamental que uno siente. Para la oración contaron con la ayuda de dos textos. Para pedir indiferencia (San Alonso Rodríguez); también se pidió andar delante de Dios en verdad para amar y servir. La propuesta para la oración fue el texto del evangelio de Jn 14, 1-6
Con esas instrucciones transcurrió la primera parte de la mañana. Tras la última reunión de grupos, el Provincial propuso a la Asamblea en el auditorio unas reflexiones finales. Recogió la aportación que se ha hecho sobre cuáles de las opciones apostólicas propuestas parecen más compartidas entre el grupo de jesuitas participantes en la reunión. Hizo una valoración sobre el encuentro y algunos de los puntos que han podido ayudar en él. Habló de nuestra debilidad habitada. De la imagen de la peregrinación como una imagen que ayuda a describir nuestro presente. Agradeció la unión de ánimos que no esconde la diversidad de sensibilidades, que es riqueza si no daña lo que nos une. Dedicó un apartado a agradecer todas las aportaciones que han hecho posible este encuentro. Y terminamos viendo un pequeño vídeo-resumen preparado por Adolfo Nuño, con el que se cierra también esta crónica.

La Eucaristía fue el momento de cierre en acción de gracias. Teniendo hoy especialmente presente a María, el Provincial, que presidió la celebración, nos invitó a poner en sus manos nuestra vida, y de manera muy concreta, a poner ante ella nuestra debilidad como institución, con una mirada especialmente consciente a la realidad de los abusos. La celebración, como todas estos días, fue ocasión de mirar al mundo, de pedir por la Compañía, por las vocaciones, de agradecer la experiencia compartida, y de cantar -con la ayuda del coro de los escolares-.
Tras la eucaristía ya empezó la dispersión, que cada mochuelo ha de volver a su olivo, para en todo amar y servir.